La terapia neural consiste en la manipulación del sistema nervioso vegetativo, con anestésicos inyectados localmente, habitualmente procaína al 2%, para provocar un efecto regulador, que permita eliminar y reprogramar las alteraciones capaces de generar enfermedad local y/o a distancia. Los pares craneales, los nervios periféricos y el sistema nervioso vegetativo, participan en la regulación de todas las funciones orgánicas.
De esta manera la infiltración con procaína de una cicatriz hipertrófica, posquirúrgica, en el abdomen, puede prevenir y curar las bridas o sinequias secundarias a la cirugía. Del mismo modo la infiltración de los polos superior e inferior de las amígdalas, puede curar o ayudar a curar las amigdalitis de repetición.